Son las 17:10 y Pablo Mora mira constantemente su Longines Legend Diver. Le ponen especialmente nervioso las esperas. Hoy, por una vez, consiguió llegar a Barajas con tiempo. Después de facturar, esperar para pasar la seguridad en el aeropuerto y aguardar turno para mostrar el pasaporte llega por fin a la puerta de embarque para ver cómo su vuelo se retrasará una hora.
-Fantástico, ¿para esto he comido en quince minutos?- la frustración del retraso se une ahora con la incertidumbre de no recordar si apagó o no la caldera. Una sensación de angustia invade su estómago y sube por el esófago así que decide sacar su Kindle para continuar leyendo Getting things Done, de David Allen. Mientras intenta interiorizar el hecho de cuánto optimizaría su tiempo si fuera capaz de llevar a cabo cualquier tarea que supusiera menos de dos minutos en el momento que ésta apareciera, se ve sorprendido por el sonido de unos tacones y una manera de andar que le es tremendamente familiar. Levanta la vista, tiene ante sí a una mujer que lleva un traje chaqueta negro de ralla diplomática, alta, esbelta y que lo mira con cierto sarcasmo.
- Pablo, para un día que llegas antes que yo, te toca esperar, con lo que te gusta!
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